La reducción de participantes en el campeonato supone, desde un prisma positivo que, aunque la temporada tenga una duración similar en el tiempo, haya eliminado los engorrosos desplazamientos entre semana y los encuentros de los miércoles; y, en el negativo, que los aficionados podrán disfrutar de ocho partidos menos de su equipo, cuatro de ellos en casa. Por otro lado, echando un vistazo a las plantillas, parece haber un mayor equilibrio entre los equipos sobre el papel. Aunque Lucentum Alicante y Ford Burgos ofrezcan más brillo en la enumeración de sus integrantes, un buen número de sus rivales (sino todos) puede pelearles cada partido.
Habrá más posibilidades de entrar en el play-off. Tras el campeón, que asciende directo, jugarán por el segundo puesto que da acceso a la ACB hasta el noveno clasificado, quedando solo cinco equipos fuera de la zona noble, aunque el equilibrio de equipos hará que la dificultad para acceder a la deseada segunda fase de la temporada sea similar a la de años anteriores.
Natxo Lezkano dirige un equipo que ha brillado en la preparación y que, pese a las dificultades para elaborar un buen presupuesto, cuenta con mimbres de calidad que en años anteriores hubieran sido impensables.
Porque junto al renovado Quique Garrido (el único base puro del equipo, con la confianza plena de su técnico y uno de los líderes del vestuario, por carácter e implicación) dirigirá la escuadra uno que regresa a Palencia, Xavi Forcada. La suya es una apuesta interesante del equipo, su entrenador y el propio jugador, reconvertirse como base, puesto que ya ocupó en su etapa de formación blaugrana.
Jhornan Zamora, que solo jugará de morado hasta final de 2012 (se perderá el último duelo de la primera vuelta y la segunda), dado que en enero debe incorporarse a su equipo venezolano, con el que se había comprometido antes de llegar a Palencia), ofrece muchas variantes igualmente, porque da a su técnico la posibilidad de jugar en cualquiera de las posiciones del perímetro.
Y capacidad ofensiva no les falta a sus tres compañeros exteriores. Indudable es el talento de Carles Bravo, un año más referencia en el equipo palentino, como ya demostró en la Copa Castilla y León, sin que los años hagan mella en su juego. Más jóvenes son el escolta Alfredo Ott y el alero Michael Tveidt. El primero ya mostró su categoría en la LEB Plata y quiere seguir su progresión en el baloncesto español en Oro. Su facilidad anotadora y su despliegue físico, pese a su corta estatura, serán vitales en el Palencia. Como las características de su compatriota estadounidense, un tres con 2,01 de altura, que no se limita a ser un simple tirador.
La zona morada mantiene como jugador importante a Geoff McDermott, este curso con más galones para demostrar su importancia en esta liga. A su lado, un luchador Urko Otegui, que también tiene pasado en Palencia, cuando era un proyecto de pívot, y que regresa al Pabellón Marta Domínguez (que también ha remozado su apariencia para esta campaña) con muchas más vertientes en su juego y mucha ilusión pese a todos sus éxitos en Menorca. Roger Fornas también es un pívot de calidad y tiene ante sí la oportunidad de plasmar sobre la pista, porque tendrá minutos importantes, la enorme calidad que atesora. Y el último en llegar, aún en periodo de adaptación aunque ya a disposición del técnico, Chris Mortellaro. Un interior con los centímetros necesarios para que el nuevo Palencia Baloncesto no ofrezca insalvables fisuras físicas.
Lezkano y su técnico ayudante Sergio García guiarán una nave morada que promete y tratará de confirmar las esperanzas creadas con un buen baloncesto. Raúl Fernández y Dani Hernández llevarán el peso de la preparación física y Lupe Fernández cuidará sus dolencias y la recuperación en la importante labor de fisioterapeuta.
Tres equipos gallegos (el Ourense que regresa a la categoría, el Coruña que ha logrado una vacante y el Breogán, siempre candidato a los puestos de honor); dos castellanos y leoneses (el palentino y el todopoderoso Burgos de Jeff Xavier y Sergio Olmos); dos catalanes (la novedad del talentoso y joven filial del Barcelona y el nuevo Lleida de Edu Torres, un gran técnico, ahora en los despachos, club surgido de las cenizas del ilerdense que jugaba la pasada campaña en la misma liga).
Y entre la otra mitad de los participantes, clásicos como el Melilla (donde este curso jugará Tim Frost), Cáceres (que nada tiene que ver con el pasado) o Huesca (también muy cambiado); clubes en progresión como el Planasa Navarra (una realidad tras sus exitosas últimas campañas) y Knet Rioja (otro club que trabaja con cabeza y un buen entrenador como Jesús Sala); el poderoso Lucentum Alicante, con una plantilla tremenda de poderío; y el Ríver Andorra, a las órdenes de un histórico como Joan Peñarroya, que llega tras su gran ascenso, para plantear batalla.
Fuente: D.Palentino
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