domingo, 12 de febrero de 2012

Sobró el descuento

fuente. Norte de Castilla

El Palencia y el Mirandés han escenificado en La Balastera el porqué de sus puestos en la clasificación. Los primeros, que durante muchas jornadas han coqueteado con el descenso, y los segundos, líderes, han exhibido a la perfección su estatus en la Liga. El conjunto rojillo ha aprovechado al máximo sus opciones para llevarse los tres puntos del estadio palentino (0-2), gracias a los tantos de Alain y Mújica.
Sin embargo, el conjunto local ha aguantado bien los envites rojillos, de resaca copera y con jugadores como Infante en el banquillo. Les ha aguantado durante el tiempo reglamentario. Del minuto 1 al 90, sin añadidos. En el momento en el que el cronómetro ha superado el 45, en la primera mitad, o el 90, en la segunda, el Mirandés ha sacado a relucir esa pegada y esa calidad que le ha llevado a encarnar la rebelión de los modestos en el fútbol español. Primero Alain, en un córner mal defendido por los locales, logró el primero con un buen cabezazo, con algunos aficionados ya más pendientes del bocadillo que de lo que ocurría en el terreno de juego.
Jarro de agua fría para un Palencia que llegó a poner en aprietos a los burgaleses durante la primera media hora. Carril tuvo en sus botas la mejor ocasión en un mano a mano que salvó Nauzet. Mientras, en el área palentina, Carmelo tuvo que ejercer de portero, con Ruyales ya batido, y evitar el tanto mirandés.
En la segunda parte, los jugadores se quedaron tan helados como los aficionados, con una sensación términa muy por debajo de los cero grados. Apenas hubo ocasiones, y solo la entrada del máximo goleador de la Copa del Rey, Pablo Infante, animó una tarde gélida en La Balastera. De ahí al final, en las filas moradas solo hubo que lamentar la baja de Carril, que tuvo que abandonar el partido lesionado y la colocación del central Héctor como ariete para tratar de empatar el encuentro. No fue así, ya que con el Palencia volcado, el Mirandés, eso sí, después del tiempo reglamentario, aprovechó un contragolpe para colocar el segundo, gracias a un mano a mano bien resuelto por Mújica con el guardameta local.

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