De forma lenta, pero el Palencia quiere salir hacia adelante. En primer lugar, en el ámbito institucional tras sufrir una dinámica que a punto estuvo de costarle la categoría en el verano por mor de sus graves problemas económicos. «Con todo el follón que hemos tenido hasta la fecha, hay que dar las gracias a la junta directiva que entró hace unos meses porque se está movilizando para poder terminar bien la temporada».
El entrenador del equipo, Ramón María Calderé, confía en que «se pueda salvar la situación del club, de hecho tenía miedo de que en el mercado de invierno se me fuesen cuatro o cinco jugadores, lo que hubiese sido ya la debacle pero afortunadamente hemos logrado que no se marchen».
La entidad quiere, poco a poco, volver a la normalidad y en el terreno deportivo el equipo «ha mejorado» de forma considerable, tal y como así reconoce el propio entrenador del conjunto palentino. «En la primera vuelta se hablaba menos de fútbol por todos esos condicionantes; ahora el equipo está ya más centrado, estamos haciendo un juego interesante y sobre todo en casa nos estamos mostrando fuertes». Y eso que la pasada semana tenía en su mano un importante empate ante la Ponferradina en El Toralín, «pero un penalti en el último minuto por una mano involuntaria -el árbitro se equivocó- nos fastidió todo el trabajo que había hecho el equipo».
El rival mañana de los rojillos ha mejorado ostensiblemente en el capítulo defensivo, uno de los pilares básicos en los que se ha sustentado esta reacción. «Entró un portero nuevo, Ruyales, que hay que decir que nos ha dado estabilidad; a nivel defensivo el equipo está mucho más junto, defiende más unido y eso se nota», apunta el preparador tarraconense.
Mañana recibe la visita del Mirandés, el equipo de moda por todo lo que ha representado para el fútbol modesto en su devenir copero, por lo tanto ¿mejor o peor enfrentarse ahora a este conjunto? «Para nosotros, la verdad es que es una gozada que venga el Mirandés en estos momentos, por la repercusión que va a tener el partido», responde el catalán.
Sabe que emisoras de radio de ámbito nacional han elegido este encuentro como el de la jornada y «si además todo esto anima a que vengan muchos aficionados del Palencia, así como del Mirandés, al jugador eso le motiva más; el Mirandés, que ha pasado a la historia en la Copa, tiene que asumir que para cualquier rival su partido es especial, extraordinario».
«Nosotros y creo que toda España hemos sentido y sido del Mirandés porque ha sido un ejemplo de humildad, de hacer las cosas bien y en mi caso, por mi puesto, todos nos hemos sentido como Carlos Pouso, ha sido una gozada y todos hemos saltado de alegría cada vez que marcaba el Mirandés; lo digo de verdad y de corazón. El club creo que debería hacer un pequeño homenaje, un detalle con el Mirandés, creo que está ya en ello porque se lo merece». Lo dice un entrenador que en su anterior etapa como futbolista se reveló como uno de los grandes centrocampistas de España en la década de años 80. Y eso realza todavía más la trayectoria de un equipo que quiere olvidar la Copa para centrarse en lo que realmente importa a partir de ahora: la Liga.
Pieza clave en aquel Barcelona, fue internacional con la selección española de fútbol, con la que disputó como titular el Mundial de México 1986; suyos fueron dos de los tres goles del combinado nacional ante Argelia (3-0).
Calderé reconoce que «ha sido un sacrificio toda su andadura en la Copa, pero Pouso, Codina y el secretario técnico seguro que van a dar al equipo y a los jugadores el respiro que cada uno puede necesitar; y no sólo en el aspecto físico sino también en el mental; aunque han disfrutado, la tensión que han vivido durante tanto tiempo por ganar ahora puede salir; sin embargo, estoy seguro de que estarán haciendo un buen trabajo de regeneración y en cuatro días van a volver a estar a su nivel».
Además, ha visto que «Pouso lo ha hecho muy bien en cuanto a las rotaciones, han ido jugando todos los futbolistas, repartiendo todos los minutos según lo más conveniente para el equipo».
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