Alberto Serrano, capitán del Palencia durante casi una década, perderá el brazalete. Así lo ha estimado el técnico del equipo, en sintonía con el club, debido al cabezazo que le propinó el lateral vallisoletano el pasado miércoles a su compañero Jorge Molino. «Estaba revolucionado, estaría quemado... No sé», comenta Molino.
La agresión del veterano jugador morado vino precedida por una disputa del juego en el entrenamiento matutino del pasado miércoles. «Para mí se ha quedado en un ‘rifi rafe’, y espero que el vestuario recupere la buena sintonía que teníamos hasta ahora», explica Molino, quien aún así espera las disculpas de su compañero. «Creo que es lo mínimo», afirma el delantero madrileño, quien llegó a amenazar con marcharse a su casa y no volver a jugar con el Palencia. «Fue un momento de calentón. Me ausenté del entrenamiento del jueves, porque tenía prácticas y tenía permiso», añade el ariete.
Para Molino se trata de la situación más incómoda que ha vivido como profesional, y explica que nunca había tenido ningún problema con Serrano. «De verdad, que no me lo esperaba», comenta.
El club, al margen de quitar el brazalete al lateral, también le ha impuesto una multa de 500 euros que el jugador se ha negado a pagar amparándose en la deuda que la entidad morada mantiene con él y que asciende a más de 60.000 euros. En el aspecto deportivo, Serrano, previsiblemente, no jugará hoy en Torrelavega con motivo de este suceso, o al menos, no lo hará en el once, cuyo puesto lo ocupará Héctor, dando entrada a Castán en el eje de la defensa.
El entrenador del Palencia, Calderé, ha tratado de mediar entre los dos jugadores. «Me ha pedido que esté tranquilo, que siga a lo mío», confiesa Molino, quien asegura que no tiene trato con su compañero, aunque afirma que en el campo le tratará como a «uno más».
fuente: Norte de Castilla
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