Calderé tiene esta misma opinión. De hecho, él tampoco se podrá sentar en el banquillo al estar sancionado con dos partidos tras ser expulsado en Ponferrada. «De verdad que no me gusta criticar a los árbitros, pero es que por ejemplo ante la Ponferradina nos perjudicó muchísimo, sacó ocho tarjetas, aparte de mi expulsión por hacerle sólo una observación; no sé por qué, pero veo que están muy ansiosos, muy nerviosos, no se les puede decir absolutamente nada y están a la mínima que salta».
El entrenador del club morado entiende, al hilo de esta cuestión, que «sí que es cierto que todos nos estamos jugando muchísimo, los jugadores, los entrenadores, pero sí que pienso que los árbitros podían ser un poco más flexibles».
Sea como fuere, el equipo de La Balastera sigue preparando hoy el envite de mañana. Llevará a cabo la última sesión preparatoria para recibir al Mirandés en su casa, donde quiere basar su salvación. «Nos quedan cinco o seis victorias para lograrla y tenemos que conseguirlas como sea. En nuestro campo estamos fuertes, aunque también aspiramos a ganar fuera porque sabemos que podemos perder en casa; este domingo lo vamos a tener muy difícil ante el Mirandés, pero está claro que la permanencia pasa por La Balastera», apostilló.
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