lunes, 3 de septiembre de 2012

Demasiados regalos

Goles

1-0 (minuto 24) Rubo; 2-0 (minuto 31) Vila; 2-1 (minuto 35) Vallecillo; 2-2 (minuto 50) Serrano de penalti; 2-3 (minuto 61) Sunny

Árbitro

Muriel Isidro (Salamanca). Mostró cartulinas amarillas a los locales Juanito y Josito; y a los visitantes Félix, Aarón y Vallecillo. Expulsó al local Pindado (R 54’) y al segundo técnico Borja Jiménez (R 72’)

Incidencias

Encuentro correspondiente a la segunda jornada de la Tercera División, disputado en el Adolfo Suárez ante cerca de 300 aficionados

Se fueron tres puntos. Los tuvo en sus manos pero por deméritos propios y ajenos el Real Ávila se dejó escapar la victoria ante un Palencia que, aunque le pese a su entrenador, nunca hizo lo suficiente para ser merecedor del triunfo. Nadie se hubiera extrañado si al descanso el equipo encarnado hubiera manejado el marcador con más ventaja que el 2-1 con el que abordaron las duchas. No lo hubiera sido porque Vila y Rubo tuvieron en sus botas la oportunidad de dar un buen revolcón a un equipo llamado a ser candidato al ascenso pero que se plantó en el Adolfo Suárez con un fútbol plano y una defensa calamitosa. Quedó retratada en más de una acción y se hubiera ido sonrojada de haber sido justo el fútbol, al menos en la primera mitad, con el Real Ávila, pero no lo fue, y al final el equipo de José Luis Diezma se fue con más castigo que el deseado y con la sensación - así lo reconoció el técnico - de que está demasiado verde.
Ayudo a la debacle la labor arbitral, demasiado polémica para llevar apenas dos jornadas de liga. Expulsó a Pindado por cometer penalti sobre Canario - claro, por otra parte - pero no vio falta previa cuando Vallecillo se tiraba a los pies del portero, que no llegaba a despejar una mala cesión de Josito y caía al suelo, dejando el cuero franco a los pies de Canario, que hubiera marcado gol de no haber sufrido el derribo.
Fue el momento clave - supuso el 2-2 tras la transformación de Serrano - de un partido que hasta ese momento había sido del Real Ávila, no por juego, sino por goles y ocasiones. Sin Chiqui, Diezma mandó a los suyos apostar por el juego directo por banda y a la espalda de Héctor y el exencarnado Tirso. Sin su pivote titular, Pelayo, los centrales erraron una y otra vez ante Vila y Rubo, que tuvo la primera en el minuto 4, pero la mandó fuera. Salvo una incursión de Sunny - tremendo despliegue físico del nigeriano - en la que Pindado sacó el cuero a los pies de Canario, el Palencia no daba síntomas de vida. Mientras el Ávila desperdiciaba ocasiones. Alberto despejó a córner un mano a mano con Vila - minuto 21’ - y poco después salía a la desesperada cuando el ‘11’ - minuto 24 - remató fuera de cabeza un balón que Tirso no atinó a despejar. Se olía el gol y llegaría tras el fallo del delantero encarnado. Alberto sacó de puerta en corto sobre Félix. Un error garrafal. El lateral tenía encima a Carlitos, que le robó la cartera y cedió a Rubo, que remataba desde fuera del área mientras Alberto palidecía fuera de su portería.
Mandaba el Ávila en el marcador y en el juego ante un Palencia que acarició el empate cuando Tirso - 28’ - buscó aprovechar un revuelo en el área encarnada a saque de córner para rematar a puerta, pero el cuero le pasó entre las piernas. No llegó el 1-1 pero sí el 2-0 en una gran contra encarnada en la que Carlitos y Juanito - gran partido del coreano - se asociaron bien cuando el lateral, ayer interior, entró por el carril del delantero para encarar a Alberto y ceder a Vila ante la salida del portero visitante. El ‘11’ lograba por fin el gol.
Hubiera sido un gran resultado para visitar los vestuarios, pero el fútbol, no siempre tan justo como algunos defienden, llevaría el marcador al 2-1 cuando Pucho, en una falta lejana, la ponía al vértice del área pequeña. Pindado se quedó a media salida y Vallecillo batía al portero de cabeza.
Fue un mazazo, relativo, antes de una segunda mitad en la que el equipo encarnado saltó totalmente desdibujado. La intensidad y explosividad de la primera parte dejó paso a un absoluto desconcierto inicial del que sólo se salvó Pindado. El portero abulense salvó al equipo del acoso en un inicio en el que el Palencia se volcó a por todas. El acoso fue absoluto y al final, aunque con polémica, dio sus frutos.
El 2-2 de Serrano desde el punto de penalti llevó al desconcierto en un equipo que por momentos pareció más propio de pretemporada. Y en el caos el Palencia encontró el premio. Félix colgó el balón desde el área y ante la pasividad de la zaga local Sunny hacía el 2-3. Remató con todo - nunca mejor dicho - un balón que sorprendió a todos y que llevó el marcador al punto de no retorno. Se escapaban los puntos.
Con uno menos sobre el campo el partido se rompió. Fue un correcalles en el que el Real Ávila pudo enmendar sus errores. Muriel Isidro aplicó la ley de la compensación y pitó penalti en un forcejeo en el área palentina que llevaba a Cabrera al suelo. Era la oportunidad de poner el empate desde los once metros. Lo hizo Cabrera, al menos a la primera, porque el árbitro mando repetir el lanzamiento. Repitió en sus intenciones el centrocampista, que esta vez no engañó a Alberto.
Se escapó la última oportunidad. El empate hubiera sido un bálsamo aceptable. La derrota deja heridas en un equipo que debe mejorar demasiado. Y cuanto antes, mejor.
fuente: diario de avila

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