Sentimiento contra números. Ese es el verdadero enfrentamiento que se ha vivido hoy en La Balastera. El Palencia necesitaba el apoyo de la afición para demostrar al administrador concursal, Juan Barco Vara, que la ciudad está implicada y que no está dispuesta a dejar morir al club más representativo de la ciudad, y ese apoyo acabó llegando. 3.000 almas demostraron que quieren al club, que desean seguir luchando y que el sentimiento puede ganar esta dura batalla contra los números.
Tal vez lo deportivo era lo de menos, pero los jugadores demostraron, una vez más, que su compromiso con la entidad es infinito, y eso que no saben si cobrarán algún día. El Palencia saltó al campo enrabietado y los platos rotos los acabó pagando el Salamanca B, que cuando solo habían transcurrido 30 segundos de partido ya perdía por 1-0. Aarón se sacó de la manga un zapatazo espectacular cuando muchos aficionados ni si quiera habían llegado a sus localidades y el primer gol llegó para dar una alegría a una hinchada cansada de tantas malas noticias.
El conjunto palentino no se relajó en absoluto tras abrir el marcador y el segundo tanto no tardó en llegar. Corría el minuto 14 y Durántez se preparaba para botar una falta desde 35 metros. El palentino concentró toda la rabia contenida de esta semana y la utilizó para golpear el balón, que salió como un misil y no se frenó hasta que entró en contacto con la red. El 2-0 llegó y el partido se puso de cara muy pronto, tal vez demasiado, y es que el choque fue perdiendo intensidad con el paso del tiempo y acabó con una segunda mitad descafeinada que solo tuvo color gracias a los aficionados, que no pararon de animar a su equipo en todo momento.
Al final, los jugadores cumplieron su parte del trato. Ahora queda saber si Barco Vara está dispuesto a prolongar la vida del club. El resultado del otro encuentro, el económico, no se sabrá hasta el miércoles.
fuente. norte de castilla
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