miércoles, 7 de noviembre de 2012

Margen de mejora

En un Pabellón cálido (en esta ciudad no tenemos medida, el viernes pasamos mucho calor) el Palencia Baloncesto ya suma cuatro victorias y prosigue con su adaptación al recinto azulado (a los aficionados también no está costando acomodarnos a él) que le corresponde como local, que siempre se hace mejor cuando se van sumando éxitos en ese proceso.

Después de la derrota ante el Coruña (que no es flor de un día, como demuestra semana a semana), del primer triunfo ante el Lleida (que dejó sensaciones encontradas en la grada, pese a ganar) y del cosechado ante el Cáceres (más equipo de lo que se esperaba) habrá que ver si cuando llegue el esperado duelo ante el Barça B (ojo, de nuevo en domingo, el día 18) el crecimiento del equipo que entrena Natxo Lezkano sigue por el buen camino.


Por lo visto hasta ahora, en el juego a campo abierto (correr a todo trapo, de canasta a canasta, al máximo ritmo posible) el Palencia se desenvuelve a la perfección. Disfruta, hace disfrutar (no a los aficionados del equipo rival, que son los que lo han sufrido en los dos desplazamientos victoriosos de los morados hasta el momento) y es difícil de parar cuando entra en esa inercia de baloncesto vertiginoso. Pero esa velocidad endiablada no va a ser la tónica, más bien va a ser el reto para los técnicos rivales: detener el juego palentino, plantearle un baloncesto más pausado y estático, incomodarle.


O, incluso, como le jugó Carlos Frade (que el pasado año pasó con su excitante y casi imberbe UB La Palma como una exhalación por tierras palentinas) el pasado viernes. Con una buena presión defensiva por momentos, acciones rápidas en ataque, sin abusar del tiro exterior, con sus pívots atacando desde fuera y defendiendo desde dentro. Y con sus pívots (entre el fornido Olaseyi Ashaolu, el gigante Josh Duinker, el versátil  y talentoso Antonio Peña y el siempre interesante zurdo Miguel Lorenzo sumaron 49 de los 84 puntos de su equipo) anotando, haciendo daño.


En cuanto al margen de mejora de este equipo morado, todavía es amplio, al menos a tenor de las características que se les suponen (por demostradas anteriormente, por supuesto). Porque después de cinco jornadas, por ejemplo, apenas se ha vislumbrado lo mejor de Roger Fornas. Quizá es al jugador al que más le esté costando entrar en la dinámica del equipo, por sus cualidades y por el estilo de su nuevo equipo. Pero cuando lo haga (lo hará, es un jugador inteligente) ofrecerá más variantes si cabe al Palencia. Como ese tiro exterior del que no puede presumir ninguno de sus compañeros en la pintura (aunque el de media distancia que ha depurado Urko Otegui no desmerece en ocasiones). En tres jornadas, tres tiros (uno al cesto).


Ya se vio un avance de lo que puede ser Michael Tveidt, aún sin estar a tope físicamente. Porque si a cualquiera le cuesta superar un esguince de tobillo, más le debe suponer a un muchacho de dos metros y cien kilos, ¿no? Y él sufrió dos. Pero esa amenaza exterior es un arma que suma. Lo mismo que todo lo que aún puede aportar Alfredo Ott, que irá asumiendo protagonismo a medida que vaya perdiendo timidez.


Y, a mejorar: visto desde fuera, cuando Bravo, Garrido o Zamora cogen la bola para jugarse la última acción, todos sabemos lo que va a pasar. Y los rivales también.


Fuente: D.Palentino

No hay comentarios:

Publicar un comentario