domingo, 22 de abril de 2012

Un punto de oro

El Palencia ha llegado al tramo decisivo de la temporada en un inmejorable momento de forma. Lo certificaron los de Calderé en un escenario de aúpa, Ipurúa, y ante un rival de postín, el Eibar. Es cierto que la situación clasificatoria marca una cosa y las sensaciones en las últimas semanas, algo bien diferente. Los armeros se presentaban al choque sin conocer la victoria en sus tres últimos compromisos; los morados no habían caído en el último mes y medio de competición. Pese a ello, la prueba era myúsucula para los de Calderé, que salieron dispuestos a exhibir su buena dinámica. No habían pasado ni tres minutos cuando Jandro se encontró con el poste de la portería de Iruretagoiena. Fue un mero espejismo. Más allá del cuarto de hora, Arruabarrena, de cabeza, ponía a los locales en ventaja. Sin embargo, duró poco la alegría en el cuadro armero. Apenas al sacar de centro, se rehicieron los de Calderé, que lograron la igualada gracias a Jorge Molino, muy inspirado durante todo el curso. Por momentos, el choque enloqueció. Antes de la media hora, el marcador registró otro movimiento. Altuna devolvía la iniciativa al Eibar. Todo ello después de que Ruyales reclamara su destacado protagonismo en el partido. El meta del Palencia ofreció un rectal de intervenciones que, antes y después de los goles del rival, permitieron a los morados soñar con obtener algo positivo. Lo apretado del marcador invitaba a pensar en la machada. Más aún cuando, al cuarto de hora de la reanudación, el Eibar se quedaba con un hombre menos, por expulsión de Del Olmo. Calderé recurrió a Jonathan Carril. Suyo fue el gol del empate a seis minutos del final. Éxtasis en la parroquia palentina, que aguantó el punto gracias a un Ruyales monumental. Poco importó la postrera expulsión de Serrano. Respiran los de Calderé que, a falta de tres envites, se mantienen fuera de los puestos de descenso. fuente RTVCYL

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