lunes, 4 de junio de 2012

«Ha sido la temporada más dura de mi vida.Llegué como un huracán y este club me lo ha cambiado todo»

Ramón Calderé, quien pone rumbo a Bélgica, asegura que es un milagro que el equipo se haya salvado del descenso

La Balastera le cautivó en aquella primera reunión para fichar por el Palencia, hace ahora un año. Fue su primer recuerdo de la ciudad, y quiere que sea el último. «Cuando vi el estadio, pensé que me iba a comer el mundo», confiesa el todavía técnico del Palencia, Ramón Calderé, mientras mira de reojo una de las torres de la estructura palentina. Poco después de comenzar a soñar con un Palencia grande, se dio cuenta de que La Balastera, al contrario que en el cuento de la gallina de los huevos de oro, no escondía dorado por ningún sitio. Los problemas económicos pronto aparecieron, hasta llegar a condicionar todo su trabajo. «Ha sido la temporada más dura de mi vida», suspira.
–Palencia... ¿Qué es lo primero que piensa cuando escucha el nombre de la ciudad?
–(Silencio) Para mí marca un antes y un después como deportista y como persona.
–¿Por qué?
–Nunca me había pasado lo que me ha ocurrido aquí. Cuando llegué era otro. Vi el estadio y pensé que me iba a comer el mundo y, con el paso de los días, los meses... Esa ilusión se ha convertido en la temporada más difícil de mi vida. He descubierto debilidades que creí que no tenía. Me pasó algo parecido cuando jugué en Valladolid y solo aguanté tres meses. Aquí he conocido la universidad... La universidad del fútbol. Ha sido una temporada, pero ha sido como diez.
–¿Tan mal lo ha pasado?
–Estoy muy agradecido a Palencia, al cariño que me han dado los palentinos. Han hecho que mi familia y yo nos sintamos como en casa. Todo han sido gestos de cariño, empezando por la canción que me dedicaron, hasta el día a día... El resto ha sido horrendo. Raro ha sido el día en el que solo hemos podido hablar de fútbol. Las charlas han sido interminables en el vestuario. Había días que salíamos a entrenar más de una hora más tarde de lo programado porque hablábamos y hablábamos.
–Quizá las charlas más largas, las previas al mercado de invierno y las presiones de los jugadores para salir del club...
–Sí, aunque también ha habido momentos de mucha tensión al final, pero que nadie dude de que, pese a esos enfrentamientos, el vestuario ha estado muy unido. Si no, hubiese sido imposible sacar esto adelante, porque la salvación ha sido un milagro. Estos chicos han hecho una heroicidad y con el paso de los meses se verá más claro. En el mercado de invierno el Palencia había desaparecido. Teníamos siete jugadores que se iban. Así de claro, se marchaban, hartos de la situación. Tuvimos que convencerles, y ahí fue fundamental las promesas de que las subvenciones de las instituciones les permitirían al menos cobrar medias nóminas hasta junio.
–Pero estamos en junio ya, y ese dinero no ha llegado...
–No, y es una vergüenza. Cuando algo se quiere, se consigue, y está claro que este club importa más fuera que dentro de la ciudad. Los políticos se han reído de Chema Torres y utilizado la demagogia con el club. Solo han puesto problemas desde el principio. Tenían que ser menos políticos y dejarse guiar más por los sentimientos.
–Pero ellos argumentan que no pueden hacer nada, porque el Palencia está bloqueado y, de hecho, les han ayudado a viajar a Lorca...
–Demagogia. Con 2.000 euros no se soluciona nada. Se nota que no son futboleros. Me he sentido muy decepcionado. Chema Torres lo ha intentado todo, gustara o no, y no le han ayudado nada.
–¿Le ha decepcionado también Óscar Mata, a tenor de sus palabras al comienzo de temporada?
–Creo que ha sido al revés. Personalmente, creo que yo le fallé. Lo siento desde un punto de vista personal. Ahora tiene mucho que decir en la continuidad del Palencia. Para sacar esta nave adelante tiene que haber unión. Basta ya de dividir, esto solo se puede sacar adelante con la unión de toda la ciudad.
–Después de la temporada más dura de su vida, los problemas continuos, los 500.000 euros que tiene que conseguir el club... ¿Cree que el Palencia se salvará como institución?
–Sí, se salvará. Será muy parecido a la pasada temporada. Será como la salvación deportiva, con un gol de Carril en el minuto 94 en el segundo partido de la promoción por la permanencia. Pues esto igual, conseguirá atar los cabos el 29 o 30 de junio, y con mucho sufrimiento.
–Lo que parece claro es que sí el Palencia logra superar el patíbulo, el equipo será totalmente diferente, porque ya son muchos los que han hecho público su adiós...
–Yo creo que la gente se sorprendería de los jugadores que continuarán. Hay jugadores como Carmelo o Ruyales que están muy agradecidos al club por la oportunidad que les ha dado.
–¿Nunca se llegó plantear renovar?
–La verdad es que ya cuando llegué vi que aquí había gente con un potencial enorme. Gente buenísima, como Juanjo y Hugo. El futuro es suyo, pero ya lo era al comienzo de la temporada, y así se lo dije a Mata. Cuando salimos del descenso en enero, Chema Torres me ofreció la renovación, pero ya sabía que este banquillo debe ser para Juanjo y Hugo.
–¿Ni siquiera se lo ha planteado después de lograr la permanencia?
–No. Quizá si hubieras hecho algo como el Logroñés... Pero era imposible. Demasiado han hecho estos chicos.
–¿Y ahora dónde veremos a Calderé, ya sin 'su Palencia'?
–(Risas) Tengo un proyecto en el extranjero, en Bélgica. Posiblemente con un amigo. No voy como primer técnico, sino con un papel parecido al que ha tenido Hugo en mi equipo.
–¿Cierra la puerta del Palencia o cree que se volverá a escuchar 'El Palencia de Calderé' en La Balastera?
–Nunca se sabe. Me gustaría volver en otras circunstancias, porque este club se lo merece. Ha sido una temporada muy dura, de esas que no se olvidan. He aprendido, me he conocido más a mí mismo y he tenido la oportunidad de conocer a personas extraordinarias.
–¿Qué es lo que más destacaría de este Palencia?
–Su fuerza mental. Yo creía que era fuerte. Yo soy muy fuerte, pero en este vestuario hay jugadores con una fuerza fuera de lo normal. Durántez, Serrano, Pelayo... Son jugadores que son el Palencia y han tirado del carro junto a sus compañeros porque creen en esto. Ahora es el momento de que se les respalde. Palencia tiene que estar con su club de fútbol. Aquí hay futbolistas que también podrían llegar a la élite, pero tienen que madurar y aprender a escoger. Canario, Molino o el propio Héctor son jugadores con unas condiciones bárbaras.
fuente: Norte de Castilla

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