sábado, 7 de diciembre de 2013

La fortaleza del líder

Hace apenas una temporada –ni pensemos en remontarnos más atrás–, el Quesos Cerrato Palencia hubiese perdido el encuentro de ayer en el Palacio de los Deportes de La Rioja. No hubiese dicho adiós al partido por un mal comienzo –como sucedió anoche–, porque al equipo palentino le sobra carácter desde hace años, y más con Nacho Lezcano en el banquillo.
La diferencia de este equipo, por tanto, no radica en esa capacidad para remontar o sobreponerse a los peores momentos, eso ya viene de serie. El sello de este Quesos Cerrato aparece cuando el marcador se ajusta. Ahí se siente cómodo el equipo de Rejón, de Fornas o de Otegui. A los morados les va la marcha, y si de algo han presumido en estas primeras jornadas de la LEB Oro, es de que el Quesos Cerrato es el que mejor nada cuando la tensión se palpa en la pista.
En el encuentro ante el Cocinas.com la historia se volvió a repetir, eso sí con algunos matices. No hubo dos partes tan diferencias como con el Peñas Huesca de hace una semana, aunque sí altibajos que el médico recomienda tratar. Los palentinos transmitieron muchas sensaciones. En algunos momentos, dieron la impresión de estar de paso en Logroño, mientras que, en otros, parecían apabullar a un rival inferior. Solo en el último cuarto, y después de un tercero bastante malo, con un parcial de 17-9 para los locales, recuperaron el tino. Jugaron a su ruleta. Esa en la que Urko siempre es el más listo de la clase debajo del aro. O esa otra en la que Roger Fornas pide a gritos más minutos cuando el choque sube de decibelios.
Los dos, junto a Guillermo Rejón, controlaron el juego interior por completo. Entre los tres capturaron 27 rebotes, casi tantos como todo el Cocinas.com. Fueron los amos y señores de la pintura. A ellos se sumó Carles Bravo, quien pese a terminar agotado, fue el encargado de levantar a los palentinos tras un pésimo inicio en el que llegaron a perder de diez puntos (21-11, min. 7). El capitán lideró la remontada. Entre el final del primer cuarto y el segundo se convirtió en un fantasma que estaba en todos los lados y en ninguno. Poseído por ese juego suyo tan impredecible que le permite ser capaz de lo mejor y de lo peor. Ayer fue el líder. Desatascó la avería en el juego exterior con siete puntos consecutivos (28-29, min. 14) y contagió a sus compañeros. El ejemplo, Charles Abouo, quien, con dos triples consecutivos, refrendó el porqué del liderato del Quesos Cerrato ya entrado diciembre.
En el tercer periodo llegó ese bajón –ya clásico– que invita a los finales épicos a los que están abonados los palentinos. Nueve puntos, con apariciones de Galarreta, al que se esperaba, pero que apareció con intermitentes y ensombrecido por la figura de José Manuel Coego, de lejos el mejor de los riojanos.
El Cocinas.com se lo creyó. Demostró la ambición de un equipo eléctrico, acostumbrado a las remontadas y capaz de pulverizar rentas en cuestión de segundos. Precisamente, un parcial de 11-0 para los visitantes, con Fornas de maestro de ceremonias con nueve puntos, fue neutralizado en un abrir y cerrar de ojos (de 58-67 al 65-67).
Apenas tres minutos, y de nuevo la veteranía palentina para mantener el coliderato con el River Andorra y buscar otro partido que termine a los puntos (69-72).

fuente: Norte de Castilla

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