fuente: El Norte de Castilla
Primer partido del nuevo año, último de la primera vuelta, muchísimas ganas de volver a ver fútbol en La Balastera y triunfo. Empezamos bien 2012.
El Palencia volvió ayer a la competición, con todos sus jugadores tras el amago de un posible abandono de la Liga si no percibían el sueldo correspondiente a una nómina, frente a un rival dirigido por su anterior entrenador, Pepe Calvo, y con cuatro exjugadores morados en sus filas: el Logroñés. Con todos estos condicionantes, el enfrentamiento entre palentinos y riojanos tenía un plus añadido: intentar salir de los últimos puestos de la tabla clasificatoria que ocupan ambas escuadras.
El preparador del Palencia, Ramón María Calderé, tuvo que poner en liza una alineación de circunstancias en lo que a la zona defensiva se refiere. Sus dos laterales titulares -el diestro Chupri y el zurdo Serrano- no podían formar en el equipo titular debido a una lesión y a una sanción, respectivamente. Por este motivo, decidió ubicar en el carril derecho a David Durántez, dejando la banda izquierda para Héctor.
En el centro del campo, el técnico catalán apostó por una línea de tres hombres, compuesta por Pelayo, Carmelo y Rubén Reyes, dejando las labores de vanguardia para Jandro, Canario y Carril.
Enfrente, Pepe Calvo, un perfecto conocedor de los jugadores morados, tejió su particular tela de araña, situando a dos pivotes en la parcela de mediocampista para intentar controlar mejor la zona ancha del terreno de juego (Albistegui y Durán), siendo Cervero la única referencia atacante.
De salida, los dos bloques buscaron más conservar sus posiciones sobre el campo que acercarse al área del adversario, aunque con el paso de los minutos fue el Palencia el que tomó el peso de las operaciones, teniendo que retrasar a Pelayo desde su puesto de pivote para sacar la pelota jugada desde atrás con un cierto criterio.
El primer aviso de peligro lo dio el defensa Durántez, tras el lanzamiento lejano de una falta, que salió rozando el larguero. Poco después, en el minuto 24, los palentinos reclamaron de forma airada un posible penalti por una mano dentro del área del zaguero Nacho Fernández, tras un disparo de Jonathan Carril, que el árbitro no señaló.
Pero, sin lugar a dudas, un minuto después, el bloque de Calderé tuvo la mejor ocasión para haber inaugurado el marcador, en un certero remate de cabeza a bocajarro de Canario, que fue repelido en una gran intervención por el exguardameta morado Juan Carlos Castilla.
El Palencia era un vendaval y seguía poniendo cerco al portal de Castilla, que fue el mejor hombre de los riojanos, como lo demostró al detener un potente lanzamiento de Rubén Reyes, tras una jugada perfectamente hilvanada por el equipo local, o en otro posterior de Canario. El gol se hacía esperar y no terminaba de llegar.
Es más, los tímidos ataques del Logroñés, una y otra vez, caían en el defecto del fuera de juego, siendo sus jugadores incapaces de buscar otro tipo de arma para penetrar en la cobertura morada que no fuera el desplazamiento largo del balón. Así, con empate sin goles, concluyeron los primeros 45 minutos.
La merecida recompensa
Tras el reglamentario descanso, en el que no se produjeron cambios en ninguna de las dos formaciones, el Logroñés comenzó dando una mejor imagen y efectuó su primer tiro a puerta en un remate de Manu García, que detuvo con seguridad Mario Ruyales. Ahí se acabó toda su pólvora.
El Palencia, por su parte, siguió a lo suyo: trabajando a destajo, no dando por perdido ningún balón y buscando con énfasis la portería del Logroñés. Y fue al paso por el minuto 52 cuando Alberto Castaño 'Canario', en un perfecto control dentro del área, vio desmarcado a su compañero Jonathan Carril, quien aprovechó este regalo tardío de los Reyes Magos para marcar el 1-0. Un gol importante.
Lejos de contentarse con este resultado, el conjunto palentino buscó el tanto de la tranquilidad, que tuvo en sus botas Jandro, pero un defensa visitante salvó la situación.
Comenzaron entonces a llegar las sustituciones en ambos bandos, pero por diferentes motivos. Así, Jandro y Canario, lesionados, cedieron sus puestos a Molino y Sergi Gómez, mientras que, ya en el descuento, Rubén Reyes dejó su plaza a Yepes.
En este tramo final de la contienda fue en el único en el que el Club de Fútbol Palencia sufrió ciertos apuros. Al final, la victoria se quedó en casa y con ella el equipo de Calderé consigue salir de la zona de descenso directo, e incluso de la de promoción, situándose en la decimoquinta plaza de la tabla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario